Respeto: el derecho a ser bien tratado y la obligación de tratar bien a los
demás son la base fundamental de la convivencia.
Esfuerzo y perseverancia: son el camino más seguro para alcanzar las
metas que cada uno se proponga.
Responsabilidad: permite tomar decisiones de forma autónoma, ejerciendo
la libertad de forma adecuada.
Honestidad: posibilita hacer aquello que es correcto, con uno mismo y
con los demás.
Empatía: contribuye a mejorar las relaciones personales.
Trabajo en equipo: enriquece a todos y potencia la eficacia en el trabajo.
Solidaridad: ayudar a quien lo necesita sin pedir nada a cambio contribuye
a conseguir el bien común.
Sentido de pertenencia: sentimiento de orgullo de formar parte de algo.
Tolerancia